De no tomar medidas urgentes, no sólo terminarán de desaparecer las tradicionales chinampas, sino también podría serle retirada a Xochimilco su declaratoria de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la UNESCO. Según Alberto González Pozo, quien es investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y miembro honorario del Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), más de la mitad de las tradicionales chinampas de Xochimilco han desaparecido. De las más de 20 mil que se tenían contabilizadas, sólo 10 mil sobreviven, algunas en estado útil, pero otras con producción muy escasa o en un gran deterioro debido a su abandono. ¿Las causas? Principalmente, la creciente urbanización de la zona y el manejo de aguas.
Para buscar ponerle solución, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), buscará promover una iniciativa de ley para que se instaure un consejo de expertos que desarrollen y gestionen un plan de rescate integral con miras de alcance hasta el 2025. Albero González Pozo piensa que aún es posible rescatar al menos 10 mil chinampas, estos jardines acuáticos que han estado presentes en las culturas asentadas en el Valle de México desde tiempos prehispánicos. Una de las razones del abandono de las chinampas ha sido el cambio de giro ecónomico que ha sufrido la población, pues ha pasado del sector agrícola al sector de servicios al turismo, llegando a dedicarse —según la diputada Alicia Téllez— a estas actividades cerca del 70 por ciento de la población que habita esta delegación de la Ciudad de México.
¿Pero, y a todo esto, qué es una chinampa?
No será difícil imaginar la sorpresa que Hernán Cortés y sus hombres —entre ellos el cronista Bernal Díaz del Castillo— se llevaron cuando descubrieron que una de las principales fuentes de alimento para la gran Tenochtitlán eran estos jardines flotantes de Xochimilco. Del náhuatl chinamitl, que significa “seto o cerca de cañas”, estos sistemas de agricultura está construidos, como su nombre lo indica, a partir de una empalizada de caña que protege y da forma a la pila de tierra previamente amontonada desde el fondo hasta sobresalir aproximadamente unos 30 centímetros del nivel del agua.
A pesar de que al principio, durante la siembra, se debía regar las semillas, con el paso del tiempo y el desarrollo de la raíz, la planta jalaba por sí sola el agua y los nutrientes que le ofrecía el medio. Es decir, un medio de subirrigación. Árboles e incluso casas llegaron a estar encima de las chinampas. Y en la actualidad sigue siendo un método útil que muchos han querido rescatar, debido a que su enclave en el medio soluciona problemas como el riego o acarreo de agua a las siembras.
Lo de menos, creo, es perder la declaratoria… lo realmente trágico es perder esta parte de nuestra historia viva.
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