lunes, 25 de julio de 2011

Los baños en mercados públicos se han convertido en gran negocio que evade impuestos, en beneficio de funcionarios públicos delegacionales y particulares concesionados

Los baños públicos de los mercados de la Ciudad de México se han convertido en un negocio redondo, pero para las autoridades delegacionales y los particulares a quienes les dieron en “concesión” la operación de éstos, sin que hasta la fecha se reporte a la hacienda local los beneficios de este negocio. Lo anterior implica delitos jurídico y fiscales de los involucrados, advirtió la Comisión de Abasto y Distribución de Alimentos de la ALDF.

Su Presidente, Diputado Rafael Calderón Jiménez, denunció que en estas anomalías caen las autoridades delegacionales de Azcapotzalco, Coyoacán, Iztacalco, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Venustiano Carranza, Tlalpan y Xochimilco, por lo que exigen a sus titulares informen a esta representación popular la situación de este servicio, que a todas luces no es transparente.

Los legisladores integrantes de la Comisión se pronunciaron porque sean los locatarios quienes administren esta actividad, ya que están registrados ante las autoridades capitalinas y no un particular que evade el pago de impuestos y reparte cuotas a funcionarios corruptos.

La exigencia a los Jefes Delegacionales es notificar cuánto recaudan por la explotación de los baños, en que estado sanitario y físico se encuentran, porque tiene que fiscalizarse esta actividad comercial, pues hasta ahora han invadido esta responsabilidad.

Y con el fin de combatir la competencia desleal entre mercados tradicionales y las tiendas de conveniencia y/o de cadenas comerciales, se exhorta a los propios titulares de las 16 delegaciones políticas a que en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) implementen un programa publicitario, mediático de comercialización, de estrategia de ventas, promociones y descuentos, para atraer clientes y competir de frente con el comercio privado, que ha desplazo y quitado clientes a los locatarios, por sus sistemas de crédito con plásticos, publicidad en radio, televisión, Internet, periódicos y otros medios publicitarios.

Contra eso, insistió Calderón Jiménez, no se puede competir y la actividad se convierte en desleal.

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